EL VALOR DE SABER PERDONAR

Quién alguna vez no te ofendió, hirió tu corazón y te dijiste, jamás me volverá a pasar. No le voy a perdonar, y no quiero verle en la vida nunca más.
Seguramente estas palabras resuenan ahora en tu corazón y te traen a la memoria acontecimientos que de verdad te hicieron sufrir. Sin saber como ni porqué, nunca creíste que con esa persona llegarías a terminar así. Ahora cuando piensas en ella, sólo vez rencor, pena y tristeza. Te gustaría poder perdonar, pero con el tiempo, te decís. Sin embargo la angustia continúa en ti, creíste que le habías olvidado, y te la encontraste a la vuelta de la esquina, y tu corazón se lleno otra vez de todos esos sentimientos encontrados; le saludaste si, pero como alguien a quien nunca conocíste. Caminaste un poco y quisiste volverte sobre tus pasos, pero algo te frenó. “Nunca va a cambiar”, y tu orgullo pudo más, y no quisiste perdonar... con la mirada baja continuaste tu camino.
Tus razonamientos pueden más al momento de querer perdonar. Muchas veces pensás yo no comencé esto, no lo provoqué, no tengo culpa, y si la hay es porque ella empezó. Necesito tiempo, olvidar para poder perdonar. Debo pensar en mí, y seguir mi camino. Ya conozco nueva gente, que puede aportarme ella ahora, ya no está en mi vida porque tomé esa decisión. Pasan los días, las semanas, los meses...
"Y así navegas sin razones en el mar de tus porqués. Cree en ti, escucha el silencio, tu corazón te curara las heridas, mira dentro de ti mismo y entonces prueba a volar donde el dolor no te siga". Extiende tus brazos al cielo, perdona y te sentirás libre. No hay fórmulas, aunque tu orgullo te atrape, la respuesta está en ti. Nunca debes renunciar a perdonar y construir. Perdonar no es humillarse, no es cobardía, no es no pensar en uno, no es reconocer razones, no es olvidar, no es cuestiones de tiempo. Perdonar es crecer, es madurar, es ser libre, es dar aquello que no nos pertenece. Perdonar es arriesgarse a parecer un tonto, a parecer un sentimental, perdonar es arriesgarse a involucrarse, a expresar tus sentimientos y mostrar tu verdadero yo. Perdonar es arriesgarse a quedar vulnerable, a no ser correspondido, es arriesgarse a la desesperanza. Perdonar es el gesto más humilde y sencillo que tenemos, nos demuestra que somos hombres con corazón.

No se puede aprender, sentir, cambiar, crecer, amar y vivir sino se perdona. Sólo la persona que se arriesga a perdonar es libre. Este es el valor de saber perdonar. Y ahora yo te digo a ti, ¿me perdonas?

YO CANTO, Laura Pausini.