viernes, 12 de octubre de 2007

Utopía.

La libertad, quien no quiere tenerla y poseerla. Ser libre de todo, desprendido de todo aquello que pueda aferrarnos y afanarnos, más que para preocuparnos y afligirnos.
Si tengo que poseer bienes, no los quiero más que para sustentarme, para cobijarme y para desenvolverme en el hacer cotidiano, si quiero dinero no es más que para solventar los gastos propios de la misma existencia y mantener así mi independencia.
No hace falta estudiar años y años para obtener sabiduría, pero hace falta formarse para llevar el pan de cada día. Incluso si amo, quiero que sea en completa libertad, nadie está atado a mí.
Estamos acostumbrados a mentir, engañar, o incluso omitir verdades, no voy a conceder el beneficio de la duda a nadie, desde ya creo que son todos inocentes, no quiero la carga de juzgar, ni de intrigar ni sospechar; podrán embaucarme, pero serán el mismo para mí; todos somos iguales a pesar de que nos empeñemos en decir que las clases sociales, la cultura, el tener y el poseer nos diferencian; nacemos sin nada, y nos vamos de este mundo sin nada.
No quiero vivir en completa hipocresía, sino en coherencia conmigo mismo. A quien quiero engañar, mis aspiraciones son grandes, pero no me identifico con lo que la vida me ofrece, si con la completa y radical sencillez, con la misma simpleza de vida. Un sueño, una utopía, una locura, pero esta es mi experiencia y perspectiva de la vida.

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